“Mi niño
come muy poco”, “creo que está muy delgado”,
“el biberón marca 150 ml y sólo ha tomado
130”…. No es raro escuchar frases como ésta
de los padres, que a veces hacen más caso de las medidas
de las casas comerciales que de las recomendaciones de los
pediatras. La sensación de frustración e impotencia
que genera la inapetencia de sus hijos se convierte en una
constante fuente de conflictos con el pequeño y los
padres comienzan a dudar de su propia capacidad como padres.
De hecho, es un problema bastante frecuente. El 45% de las
familias tienen problemas a la hora de dar de comer a sus
niños. Pero la mayoría de ellos son consecuencia
del desconocimiento de la evolución del apetito y el
peso del niño durante los primeros años de vida.
A medida que el bebé crece se hace más independiente.
Hacia los siete meses de vida ya puede sentarse solito y a
los nueve puede coger perfectamente un alimento, dirigirlo
a su boca y deglutirlo (una galleta o un trozo de pan, por
ejemplo). Sin embargo, hasta el año o año y
medio no será capaz de manejar perfectamente una cuchara.
Más
mayores, pero con menos apetito
Al cumplir el primer año los niños
aumentan de peso y talla menos rápidamente de lo que
lo habían hecho hasta el momento. Entre los tres y
seis meses ganan un kilo y medio, entre los nueve y doce meses
tan sólo uno y entre los 15 y 18 meses aumenta sólo
medio kilo.
A partir de los dos años de edad el crecimiento es
todavía más lento y, por lo tanto, disminuye
el apetito, ya que las necesidades calóricas para cubrir
el aumento de talla son menores. Así que aunque resulte
paradójico, a medida que el bebé crece come
menos veces y en menor proporción. De todas formas,
cada seis meses debe acudir a la revisión del pediatra
para que controle los cambios que se han producido en su peso
y talla.
Algunos padres no se acuerdan de cómo eran de pequeños,
pero han de tener en cuenta que la constitución y los
patrones de comportamiento también se heredan y, probablemente,
ellos tampoco eran muy “comilones” de pequeños
ni tan “grandotes” como son ahora.
Enseñarles a comportarse en la mesa
A partir del año de edad, se debería
incorporar al niño lo antes posible a la mesa con los
demás miembros de la familia para que aprenda pautas
de conducta en las comidas.
Hay que fijarle un tiempo razonable para que acabe de comer,
entre 15 y 30 minutos, y establecer un horario regular y ciertas
normas, como usar los cubiertos y no los dedos, cerrar la
boca al masticar, no levantarse para ir a buscar algo o al
lavabo, etc. También es conveniente servir con más
frecuencia los alimentos que rechaza para que se familiarice
con ellos, ofrecerle los mismos platos que al resto de la
familia, no darle de comer ni ayudarle si ya es capaz de comer
solo y no forzarle si realmente no tiene apetito. Hay que
evitar que lleguen a la noche demasiado cansados, ya que si
tienen sueño rechazarán la cena.
A veces los niños se comportan de forma diferente en
casa y en la guardería. Con los padres pueden ser unos
pequeños déspotas, pero en la guardería
se convierte en niños obedientes y colaboradores porque
imitan el comportamiento de los demás. El problema
es que durante el primer año suelen estar frecuentemente
resfriados y como consecuencia disminuye su apetito y pierde
un poco de peso.
Es algo normal, pero si el niño deja de comer sin causa
aparente si que hay que acudir al médico para que le
haga una revisión. En ocasiones, esta inapetencia simplemente
se debe a problemas de adaptación a situaciones nuevas,
como no acostumbrarse al colegio o tener problemas familiares
en casa.
ENTREVISTA
Doctor Jordi Pou. Jefe del Servicio de Pediatría y
Urgencias del Hospital de Sant Joan de Déu
“Los niños pueden tomar alimentos sólidos
a partir de los cuatro meses”
El doctor Jordi Pou, jefe del Servicio de Pediatría
y Urgencias del Hospital de Sant Joan de Déu, nos explica
algunas pautas de dieta y cuidados esenciales para garantizar
la salud de los más pequeños, especialmente
en la época veraniega.
¿Hasta cuando se pueden tomar leches
de iniciación?
Las leches de iniciación son las que
más se parecen a la leche de la madre y se toman hasta
los seis meses de edad. Esto no quiere decir que a partir
del cuarto mes no se puedan cambiar por fórmulas más
avanzadas, de seguimiento, que se parecen menos a la leche
materna y más a la de vaca.
¿Las alergias o la intolerancia a la
lactosa ya se detectan desde su nacimiento?
Pocas veces es genética y, por lo tanto,
no suele manifestarse en los primeros días. Normalmente
la intolerancia a la lactosa es secundaria y provoca diarrea,
por lo que en cuanto se detecta se cambia la dieta. Lo que
es más frecuente la alergia a la leche de vaca, que
puede provocar reacciones en la piel, dificultad para aumentar
de peso…
¿Para preparar el biberón sirve
todo tipo de agua?
Cualquiera que tenga garantías de no
transmitir infecciones, si puede ser lo más aséptica
posible y, si puede ser que no lleve demasiados iones, ya
que estaríamos aumentando la cantidad de sal en la
dieta del bebé. En realidad, la inmensa mayoría
de las aguas minerales, incluso la del grifo, son válidas
para preparar biberones.
¿A partir de qué edad deben comenzar
a tomar alimentos sólidos?
A los cuatro meses se pueden comenzar a dar,
cuando ya es imprescindible es a partir de los seis meses.
¿De qué tipo?
Teóricamente el orden sería indiferente,
aunque en nuestro país lo más habitual es comenzar
con cereales, después introducir las frutas, verduras
y las proteínas en forma de carne o pescado.
¿Qué cuidados cosméticos
se deben aplicar durante los primeros días?
No hay que embadurnar a los niños de
crema, pero es necesario hidratar la piel, ya que durante
los primeros días pueden tener la piel muy reseca,
incluso la cambian, y a esto hay que añadir que el
pipí y la caca de los pañales son sustancias
irritantes. Cuando el niño tiene diarrea o la orina
más ácida se deben usar cremas terapéuticas
recomendadas por el médico.
¿Se puede llevar un bebé de pocos
días a la playa?
Cuando es muy pequeño recomendamos que
no le lleven a la playa, porque tendrá más perjuicios
que beneficios. Durante el primer año de vida puede
ir, siempre y cuando no sea a las horas de máxima insolación.
Sin embargo, no puede permanecer muchas horas y debe ir siempre
con la cabeza tapada y debidamente protegido del sol, tanto
vestido con ropa ligera como con cremas de protección
solar. Asimismo ha de estar bien hidratado con aguas y zumos
y en la sombra.
¿Qué otras precauciones de deberían
tomar?
Primero, que no se pierda en la playa, hay que
tenerlo siempre vigilado. Segundo, procurar que no se queme
los pies con la arena y que no se introduzca cuerpos extraños
en la boca y la nariz, sobretodo arena, ya que puede provocar
infecciones. También se ha de vigilar que no entre
solo en el agua, ya que a esta edad no tienen sensación
de peligro. Por eso, yo recomendaría que se ponga un
sistema de flotación por si se tira al agua en un descuido.

Bebés prematuros, pequeños luchadores
Muchos de los niños prematuros o con problemas congénitos
que nacen hoy en día no hubieran tenido probabilidades
de sobrevivir años atrás. Actualmente, los cuidados
durante el embarazo y la mejora de la atención y los
equipos médicos salvan muchas de estas pequeñas
vidas.
El 40% de los prematuros a los dos años
de edad siguen teniendo un peso y una talla inferior a los
recién nacidos en el noveno mes de gestación,
según una investigación del Hospital de Sant
Joan de Déu, pero su capacidad de recuperación
es sorprendente y hacia los 7 años estas diferencias
ya han desaparecido. A pesar de ello los más pequeños
pueden presentar problemas de desarrollo y de rendimiento
escolar.
Durante el pasado año nacieron cerca de 68.000 niños
en Cataluña y entre un 8-9%, tuvieron que ingresar
en una Unidad Neonatal por diversas causas, como defectos
cardiacos, malformaciones faciales, problemas metabólicos
o digestivos, ictericia, malformaciones renales o por el simple
hecho de haber nacido prematuramente.
Aunque la mortalidad perinatal "declarada" es actualmente
del 5,4 por mil en España -– contabilizando los
bebés de más de 22 semanas fallecidos antes
de nacer o en la primera semana de vida-, en Cataluña
esta cifra baja al 4,97 por mil, según datos de 2001,
lo que nos sitúa incluso por encima de la media europea.
LA UNIDAD NEONATAL
Esta baja cifra de mortalidad perinatal se debe
en buena parte a la excelente labor de los hospitales catalanes,
como el de Sant Joan de Déu, considerado como uno de
los mejores hospitales materno-infantiles de toda Europa,
gracias a sus más de 1.000 profesionales y su tecnología
de última generación en las especialidades de
obstetricia, ginecología y pediatría.
Por ello, se derivan a él muchos embarazos problemáticos
y el índice de bebés que ingresan en una Unidad
Neonatal se dispara al 9-10% de los nacidos. En 2003, ingresaron
630 bebés en esta unidad, aproximadamente la mitad
de ellos fueron prematuros y el 100% de los nacidos entre
las semanas 23 y 25 necesitaron ventilación mecánica,
ya que cuanto menos es el embarazo mayor es la gravedad del
prematuro. A la unidad acuden regularmente los padres para
estar con sus hijos, participar en sus cuidados, tener contacto
piel con piel y seguir su evolución.
En ella pueden pasarse incluso meses algunos de los más
pequeños –bebés que apenas han superado
los 700 y 800 gramos al nacer- y cuyo crecimiento es mucho
más lento que el de los nacidos "normales"
a las 40 semanas de gestación.
La mayoría de recién nacidos pequeños
para la edad de gestación (PEG) alcanzan su crecimiento
normal entre las 18 semanas y los 24 meses. Hasta hace pocos
años se pensaba que el único riesgo permanente
futuro del niño nacido PEG era la baja estatura. Sin
embargo, ahora se sabe que también afecta al ámbito
metabólico y endocrinológico , siendo los principales
problemas el Síndrome X (caracterizado por la asociación
de diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedad cardiovascular
y obesidad), el hiperandrogenismo ovárico en niñas
adolescentes, la adrenarquia exagerada, la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica y la disminución del contenido
mineral óseo.
Un pulmón y corazón artificial
El Hospital de Sant Joan de Déu fue además primero
en Cataluña en incorporar una Unidad de Oxigenación
por Membrana Extracorpórea (ECMO), que sirve para recuperar
pacientes graves con insuficiencia cardiaca o respiratoria
que no responden a otros tratamientos de las unidades de cuidados
intensivos. La ECMO es una compleja máquina que extrae
la sangre del bebé mediante cánulas especiales
y la hace circular por un circuito externo en el que existe
un pulmón y corazón artificial. Que la oxigena
y la devuelve al paciente. Así, durante los días
que dura el tratamiento los órganos se mantienen en
reposo y se produce una mayor mejoría.
También es el único hospital de Cataluña
que pertenece a la Vermont Oxford Network, que es una red
de bases de datos para niños menores de 1.500 gramos,
donde se recogen 32.000 niños menores de este peso
en todo el mundo y se miden los resultados, es como una red
de control de calidad. A partir de esta información
saben lo que ocurre en este grupo de niños tan pequeños
y pueden comparar sus resultados con los del conjunto de los
400 hospitales que forman esta red .
En la actualidad, el Hospital de Sant Joan de Déu está
considerado un centro de referencia en áreas de alta
complejidad como el transplante de médula ósea,
cardiocirugía, oncología, implantes cocleares
(auditivos), cirugía de escoliosis, neonatología
y cuidados intensivos.
Las primeras líneas de investigación son las
dedicadas al metabolismo de los aminoácidos, los antioxidantes,
las enfermedades mitocondriales, la investigación prenatal
y postnatal de las malformaciones congénitas tratables
quirúrgicamente, las distrofias musculares en la infancia,
los microorganismos patógenos en pediatría,
a infección por el VIH-1 en niños y el retraso
en el crecimiento intrauterino.
ENTREVISTA
Doctor Xavier Krauel
Jefe Unidad de Neonatología
"Actualmente pueden sobrevivir niños de sólo
23 semanas"
La Unidad de Neonatología es como una
pequeña casa de los milagros. Gracias al mejor cuidado
del embarazo y a la labor del equipo médico y de enfermería,
pueden sobrevivir muchos niños con enfermedades congénitas
o bajo peso que antes hubieran fallecido.
¿Es cierto que la tasa de prematuridad
está aumentando en los últimos años?
¿Por qué?
Es cierto. Antes teníamos alrededor de
un 5-6% y ahora supera el 7%. Las causas de la prematuridad
son desconocidas en un 50%, pero también se barajan
otros factores como que la madre sea menor de 16 años
o mayor de 35, trabajo excesivo, enfermedades agudas o crónicas,
embarazos múltiples, condiciones desfavorables en partos
anteriores, etc. Si se conocieran realmente las causas sería
estupendo, porque se acabarían la mitad de los problemas,
como mínimo, que tienen los recién nacidos.
En Cataluña quizás aumenta porque nacen más
hijos por reproducción asistida y, consecuentemente,
más partos múltiples, y también porque
hay embarazos de mujeres más mayores o inmigrantes,
que tienen un menor control de su maternidad…
¿Sobreviven bebés cada vez más
prematuros? ¿Cuál es el límite?
Hay dos tipos de prematuros: los que nacen antes
porque se desencadena el parto de forma natural (en embarazos
múltiples, por ejemplo) y los que lo hacen por un parto
provocado por el médico al ver peligrar la vida del
bebé. Desde hace unos años, a este tipo de bebés
se les hace nacer más pronto. Antes se provocaba el
parto a las 34 semanas, pero ahora si se considera que el
niño puede tener una complicación grave o incluso
morir, se puede interrumpir el embarazo en la semana 30, aunque
actualmente pueden sobrevivir niños de tan sólo
23 semanas.
¿Cómo es posible que no hayan
avanzado las investigaciones en este sentido?
Se han hecho muchos trabajos, pero no se descubren
las causas. Evidentemente, si una mujer tiene trillizos ocupan
un espacio grande en la matriz... y es una causa controlable
en reproducción asistida, pero la mayor parte de los
prematuros lo son por causas desconocidas, aunque hay investigaciones
que apuntan a cuadros infecciosos o bacterias vaginales que
provoquen el parto antes de tiempo, pero la verdad no se sabe
el motivo.
¿Qué cuidados especiales necesita
un prematuro?
Todos los órganos del prematuro son inmaduros:
sistema nervioso, vista, aparato respiratorio, sistema inmunitario,
aparato digestivo, sistema cardiovascular, renal… esto
significa que aún no está preparado para vivir
fuera y el tratamiento consiste en suplir todo esto como se
pueda. Sea como sea, cualquier niño que nazca antes
de tiempo, y cuanto más prematuro con más razón,
no sigue el ritmo de evolución que llevaba estando
en la barriga de su madre. Al alcanzar las 40 semanas pesará
y mediará menos que un niño de esa edad e incluso
hay estudios que indican que tienen más probabilidades
de sufrir enfermedades cardiovasculares y una menor esperanza
de vida, aunque no hay una población adulta importante
como para hacer un gran estudio de este tipo.
A medida que crecen, ¿evolucionan igual
que cualquier otro niño?
Sobre los prematuros en edad escolar sabemos
por estadísticas que tienen un sistema nervioso un
poco diferente que el de los niños que nacieron a tiempo.
Ahora estamos haciendo un estudio sobre niños que nacieron
entre 1988 y 1994 y descubrimos que el 40% de aquellos que
habían nacido con menos de 32 semanas, a los dos años
de edad todavía estaban por debajo de lo que llamamos
el percentil 10, es decir, eran mucho más pequeños
que la media de su edad.
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