Master en Ingeniería
de Física de los Materiales, su larga experiencia en
el sector con Sandvik le trajo a España en enero de
2002 para hacerse cargo de la División Aceros. Recientemente,
nos habló de su adaptación a la cultura española.
¿Cómo se gestó su llegada
a España para integrarse en el equipo directivo de
Sandvik Española?
Tras varios años dirigiendo la filial de Sandvik en
Japón, me ofrecieron la posibilidad de venir a España
y ocuparme de la División Aceros. Llevo bastante tiempo
moviéndome por el mundo, y esta última experiencia
en Japón, donde estábamos completamente integrados,
nos había alejado un poco de la cultura europea. Así
que junto con mi familia decidimos dar este paso, y aquí
estamos.
¿Qué cargo ocupa en Sandvik Española?
Actualmente tengo varias áreas de responsabilidad.
Llegué para hacerme cargo de la División Aceros,
que actualmente ha cambiado de denominación y es la
División Materials Technology, una de las tres áreas
que forman la estructura de Sandvik, junto con las de Minería
y Construcción, y Herramientas de corte. Es un puesto
de apoyo pues las decisiones de negocio se toman desde Suecia.
Dentro de esta División, dirijo el área de productos
de alambre, ya que en Cataluña está una de las
cuatro factorías de trefilado que tiene Sandvik en
todo el mundo. Y finalmente soy, desde Julio pasado, el Consejero
Delegado del grupo en España, que es un puesto de coordinación
de todas las áreas.
¿Cómo se ha adaptado al estilo
de vida español?
Pues ha sido difícil, y más teniendo en cuenta
que vengo de una cultura asiática, la japonesa, en
la que se ve la vida de una forma radicalmente distinta. Yo
y mi familia nos integramos muchísimo en la vida japonesa,
y llegar a un país donde el contacto entre la gente
es mucho más palpable nos ha supuesto un "shock".
No obstante, viví varios años en los EE.UU.,
así que estoy acostumbrado a adaptarme a nuevas culturas.
Tengo que decir que España es, por su calidad de vida
y clima, un destino muy solicitado en Suecia, y estamos encantados
de formar parte de este entorno. Aquí soy un europeo
más.
¿Qué ayudas ha recibido de la
Cámara de Comercio Hispano-Sueca?
A nivel personal, la primera persona que conocí al
llegar a Barcelona fue Annika Tingström, directora de
la Cámara, quien me ayudó a establecer contactos
y a adaptarme al estilo de vida español. A nivel profesional,
Sandvik es una compañía global que lleva varios
años implantada en España, y por tanto precisa
de menos ayuda, si bien ha sido un nexo entre el Grupo y las
instituciones gubernamentales de carácter local y nacional.
¿Cómo nació Sandvik Española?
Llegó a España en 1962, una época de
dificultades políticas en que se gravaba en exceso
el comercio exterior. Así Sandvik decidió crear
una empresa filial a través de la compra de una empresa
española del sector. En otros caso recurrimos a empresas
distribuidoras, para llegar a más de 130 países,
si bien la política general es de implantación.
¿Qué filosofía ha convertido
a Sandvik en una empresa líder en el sector siderometalúrgico?
La productividad es la base de nuestra filosofía,
y para ello consideramos muy importante un contacto constante
con el cliente, que nos proporciona información muy
valiosa para lanzar productos cada vez más adaptados
a sus necesidades. Como ejemplo de este amor por el detalle
está el nuevo Código de Conducta que ha diseñado
el equipo directivo, en el que se establecen los derechos
y obligaciones de la empresa y sus trabajadores, dentro del
proyecto de Sandvik.
¿Qué objetivos de futuro tiene
a nivel personal y profesional?
Pues, aunque espero vivir varios años en España,
no creo que este sea mi último reto profesional. Tal
vez el penúltimo. Supongo que cuando llegue el momento
de retirarme, volveré a Suecia, mi país de origen.
En ello tendrá mucho que decir mi mujer, quien lleva
muchos años apoyándome en estas aventuras profesionales.
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